Dancing Mood se presentó en Córdoba. Y fue
más Dancing que nunca. Porque hizo vibrar y bailar a una Plaza de la Música,
que nunca estuvo tan acorde con el nombre como este viernes a la noche. Porque presentaron
su último CD Non Stop y eso es música en si mismo.
Nuna Malta y Demasiado Revueltos fueron
los que abrieron la noche. Los que recibieron a la gente y los que dieron el
puntapié inicial para que la buena vibra se sintiera en el lugar. En un
ambiente familiar y de amistad, estas bandas compartieron el escenario y luego
de agradecer la oportunidad dieron lugar a los protagonistas de la noche.
Un ambiente
familiar y amistoso. De pronto me encuentro con Ivo que me dice no conocer
mucho, que escuchó poco y le gustó. Más adelante me diría una y mil veces: “viejo…
qué zarpados que son”. Y por ahí anda Leo, uno de los tipos que más sabe de la
vida (de todo), que me he cruzado en estos años. Y me remata con un “yo escucho
buena música”. Él lo hacía bromeando. Yo sé que es cierto.
Entonces se
apagan las luces. Pasaron varios minutos después de las 23:00 y Hugo Lobo con
su patota sube. Y ahí la primera de las tantas formas de hacer bailar al
público. Ahí está sonando su último CD Non
Stop que mezcla, como todos los demás, música proveniente
de Jamaica, con variaciones en torno del jazz, el pop y la música sinfónica. Así
de interesante y de complejo es eso que él con su trompeta hace parecer simple.
“Lo simple es exitoso” me decía una mujer cerca de La Cañada, y eso se ve con Hugo
y con los suyos. Porque todos tienen en claro la idea de que el éxito es lo que
se proponen a hacer. Y así ellos hacen música, y tan buena, y tan comprometida
que por eso tienen éxito. La claridad de lo que quieren se nota, ya que ellos
saben que no quieren ser popular sino dar a conocer la belleza de la música, y
para eso hicieron las cosas de a poco y bien. Para poder tocar con voces como
Carroll, una de las mejores cosas de la noche.
Temas
como Non Stop –No Pare-, nombre de
su último trabajo, Feel so good,
para hacernos acordar que se siente tan bien y todos sus temas que si no lo
nombran en el título lo anuncian cuando
llega a los oídos, como cuando Carroll cantó Close to you “Cerca de usted”. Luego al final los clásicos de siempre. Police Woman, y varios éxitos más que
en dos horas hicieron bailar a todos. Realmente no hace falta poner cada tema,
porque nadie estuvo pendiente de eso, si no de bailar y gozar.
La belleza…
“La belleza intimida” me
diría una mujer realmente bella, para que yo pasara el resto del recital
pensando…
Uno
se acerca al escenario para poder fotografiarlo a los artistas. Y se queda con un
detalle. Lobo tiene la clave de sol tatuada en su brazo. Y él que lleva a la
música en la piel, hace que la trompeta se convierta en una extensión de su
cuerpo. O que ella tenga cuerpo y tenga vida. Porque es realmente increíble lo
que suena. Y realmente intimida a varios de los que quieren bailar, pero se
quedan parados, estáticos para tomar cada detalle de ella y de los instrumentos
que están ahí arriba. Como admirándolo.
El
feliz cumpleaños que le cantaron de una forma envidiable, al líder, –por tantos
instrumentos juntos-, me hizo preguntarme por la edad. Pero no importa. Es un
tipo realmente maduro que compone y que tiene una concepción de la música
bastante interesante. “Creo en la música como sanación. Escucharla, aprenderla,
enseñarla, componerla e interpretarla son cosas fundamentales en mi vida. Y me
parece que están muy relacionadas al deporte: hay que aprender, ir conociendo
cosas nuevas, progresando y superándose, enfrentando problemas y compartiendo
con otras personas”, le contó a
Página 12 en una nota.
En eso habla de cómo vive,
haciendo hace cinco años boxeo y haciendo música de una forma aplaudible. Y golpea,
como golpea la música de ellos para hacernos abrir los ojos y las mentes, y
decirnos esto es de lo mejor que tenemos en el país. Por su parte, lo que dice
de la música es para pensarlo. Es para saber apreciar la belleza de esta música
que no estamos acostumbrados a escuchar.
Es para preguntarse por la vida de
la trompeta y por la vida de los pies. Porque creía que el movimiento y la
felicidad al bailar se la daba el cerebro. Pero no, me di cuenta que el
responsable es Dancing Mood.
Texto y Fotos
Juan José Coronell