Ante una Plaza de la Música repleta, Pity Alvarez y su banda dio
un show inolvidable. Más de dos horas de música. Más de dos horas a puro rock.
Sólo
con un artista que no es del género, como Abel Pintos, la Plaza de la Música
estuvo como el viernes a la noche. Lleno total para que el Pity demuestre una
vez más que es uno de los referentes del rock argento. Con la banda invitada Vino Mono como telonera, la noche empezó
bien temprano ante una muchedumbre que iba decorando el lugar.
“Uno
nunca sabe a que hora empieza un show con él” me dicen en la puerta, mientras Argentina
termina el primer tiempo contra Uruguay. Mi “patriotismo” me lleva a pensar que
no tengo tanto aguante como el resto. Me voy a admirar a Messi. Los que están
adentro, casi ni se acuerdan de la existencia de Lionel. Para ellos el mejor de
todos, el que lleva las riendas de su rock es Pity Alvarez. Por eso el aguante
y las distancias que se acortan, o mejor dicho “no importan”, como dijo un
platense por ahí.
Tal
vez lo que genera Pity es difícil de explicar y fácil de sentir. Basta que uno
vaya a un show de él para que se permita conquistar por ese amor que hay del
publico para con él y viceversa, ya que en un momento de la noche en medio del
show, pidió packs de agua para tirarle a sus fanáticos, que “mueren de calor”.
Entonces
sube al escenario, cerca de las once. Córdoba enloquece y corea un tema de 2
minutos, la banda que creo el tema Sos
buchón y que Viejas Locas comienza a tocar. Varios temas del último trabajo
como Ella no me quiere creer, Perdóname mi amor, Bailando en el infierno, Tirado en la Estación, luego de que sonaran y corearan himnos como Todo Sigue igual o Me gustas mucho y temas
viejos como 638…, ¿Qué vas a hacer tan
sola hoy?, La simpática demonia, Homero “para los pibes que ya tienen
hijos”, Lo artesanal, entre otros.
Habla con
el público. Pregunta como le fue a la Selección. “A veces soy patriota” dice.
Pregunta por todos, porque “para todos son estos shows” entonces levantan la
mano los hombres, las mujeres, los p…. y las p… La gente se ríe, lo ovaciona,
le pide que vuelva cuando amaga a terminar. El vuelve y canta “Sé que soy un
chico difícil de entender… pero no puedo cambiar porque soy así”, y todos
cantan Difícil de entender. Lo hacen
bailando, dejándose llevar, festejando, viviendo el rock, como él. Sospecho que
todos quieren ser como él, todos en algún momento sueñan con ser Pity. Entonces
se puede ver y sentir lo que genera Viejas Locas y su líder. No es tan difícil
de entender.