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Cosquín Rock – Día 1: Historia viva del rock




Comenzó la edición número 13 del megafestival de rock que reúne gente, sierras y buena música. Con grandes números y nombres –leyendas mejor dicho- la primera jornada fue una vuelta al tiempo. Tiempo donde el “Flaco” Spinetta todavía estaba – todavía está mucho mejor dicho-  y por eso en la celebración también estuvo él.

No es fácil escribir cuando hay más de treinta artistas en una grilla de festival, y mucho menos cuando además existen conferencias, diferentes escenarios y miles de historias que pueden ser contadas. Faltaremos el respeto a varios artistas por no nombrarlos, pero lo que pasa es que la mayoría de las 40mil personas (con gente comprando entradas pasadas las once de la noche) que fueron al primer día, lo hicieron por lo que pasaba en el escenario principal.

Si bien no hubo muchos homenajes como el año pasado, el recuerdo de Luis Alberto Spinetta se palpó. Se sintió. Y también en las tablas, porque Gustavo Spinetta integrante de Amel, logró que el apellido se coreara con fuerza. Con la misma fuerza que cuando estaba su hermano.

Luego le tocó el turno a La Que Faltaba. Ellos reunieron por primera vez a los que llevaron remeras de Los Piojos. Encima ellos se encargaron de que por momentos el grupo volviese a la memoria, no sólo de la mano de “Micky” Rodriguez, si no con temas como Chac tu chac, El balneario de los doctores crotos, Fijate además de los propios como Voy, Con mi flor, entre otras.

La primera gran leyenda que subió al escenario fue David Lebón. Y leyenda porque no es un nombre más en la historia. No sólo fue violero en Pescado Rabioso con Luis Alberto, sino que uno de los “Beatles criollos” de Serú Giran. De este último grupo se permitió Parado en el medio de la vida, Esperando nacer, Mundo agradable. Preguntó al público si se podía dedicar a lo suyo, siendo una pregunta retórica más que nada y dejó en su paso como la huella que dejó en el rock. Cosas inolvidables.

El estado de Serú, continuó con Pedro Aznar. O el estado de Aznar comenzó ahí. Porque él, presentándose por primera vez en las sierras, logró convencer –como si hiciera falta- a los que vieron en él desde hace tiempo a uno de los más virtuosos músicos que dio el país. Panteras de polvo, Par, Ruina sobre ruinas, Rencor,  de su último trabajo, Mientes, y Quebrado, fueron algunos de los temas que dio. Pero faltaba algo…



El amor después del amor será el rock

Orgulloso de estar en la misma noche de Charly. Orgullosos los que estaban en el predio de verlo a él. Orgullosos de tener a un artista que con la misma intensidad y entrega que la primera vez su CD estrella. Fito Páez, fue el primero en lograr que la tierra se elevara por los aires. Pogos y alegría fue el cóctel de alguien que electrizó a todos. Y los dejó en estado para cosas más grandes. Y eso con la grandeza de él. Él que después de nueve años volvió al Festival y nos hizo dar vueltas por La rueda mágica, nos contó y cantó todo sobre El amor después del amor. Y comenzó un mix entre el CD  de rock nacional más vendido y sus temas más conocidos pero que mantienen esa cosa de decir “es un tema de Fito, sin dudas”. Dos días en la vida, 11 y 6, Trafico por Katmandú, Un vestido y un amor, Tumbas de la gloria, Al lado del camino, Ciudad de pobres corazones, Mariposa Technicolor para dar rienda suelta a la locura. Él que en Brillante sobre el mic, canta que hay personas que no se olvidan, y que en Pétalo de sal, lo confirmó. “En el corazón de todos, nadie se fue a ningún lado” comentó para celebrarlo a Spinetta, luego de que su voz apareciera en off en un video.



Ciro y los Persas fueron los que le pidieron “cinco minutos más a Charly” antes de bajar del escenario. En el otro, el temático, las remeras que pedían justicia por la mayoría de los integrantes de Callejeros, ahora Casi Justicia Social, fueron una constante. Con bandas como Salta la Banca, Cielo Razzo, El Bordo, Ojos locos, La 25 y Gardelitos, el rock barrial tuvo su cita máxima a pocos metros de donde Ciro hacía de las suyas. Astros, Antes y después, Taxi Boy, Todo pasa, Banda de Garage, Tan solo, hacían un mix entre lo de ahora y lo de siempre. Esto último Los Piojos. Con un homenaje de los sobrevivientes Héroes de Malvinas de Córdoba a Ciro por su último tema que lleva ese nombre, la emoción se adueñó del cantante y por un momento se tranquilizó, por así decirlo.
Pidió por Marita Verón, y por la buena música cuando tocó Servidor, Me gusta, Mírenla  Farolito, Noche de Hoy y el Himno Nacional.



Y un himno es Charly. El himno nacional argentino del rock debe ser Charly. Él que ya es una marca registrada y una marca indeleble en nosotros hizo de las suyas. Él que fue Demoliendo Hoteles, que no va a parar y no tiene dudas como canta en Fanky, que se sienta en el piano y canta Rezo. Él que vuelve siempre para quedarse más y más. Que en el video de presentación era confundido con Jesús por Marilyn Manson. Que al principio lo fue, porque no se escuchaba demasiado pero tenía esa fidelidad de los suyos, casi como una religión o como un Vicio.
La noche se iba terminando mientras los fuegos de artificio explotaban y él explotaba arriba del escenario. Entre jazz y música clásica, el clásico y el que se reinventa es él. El amor espera, Instituciones, Canción de 2x3, Ojos de videotape, y con temas como Plateado sobre plateado, o los de siempre y que no se van nunca como Pasajera en trance, Promesas sobre el Bidet, Asesíname, Cerca de la Revolución. Él que comenta que tiene un toca discos y ahí se escucha la verdadera música. Que es inexorable con el paso del tiempo, que sabe que Los Dinosaurios van a desaparecer pero él y ellos no. Él y ellos son junto a Lebón y Aznar Serú Girán, desde que Moro no está más entre nosotros. Con ellos la noche llegó a su punto culmine con Seminare y Perro Andaluz. Los fuegos de vuelta explotaban en todos los colores. Ellos leyenda vivas del rock tienen su lugar eternamente en el Colectivo Imaginario. Ellos tres dieron una lección de Rock, como lo hizo Charly con Eiti Leda, por ejemplo un rato antes. Presagiando el encuentro, el momento.

La vida es un momento. Y si es con música mejor. Pero si es con rock del bueno, la verdad no tiene comparación.    


Texto: Coronell, Juan José.
Fotos: La Voz del Interior -La Mañana de Córdoba



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