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Madonna extendió su reinado en Córdoba



En un show accidentado Madonna dio muestras de que su popularidad e importancia en el mundo de la música sigue intacto. Dos horas de show, con un corte de más de media hora por unos desperfectos en el escenario y cómo lo vivió la gente, a continuación.
La espera había llegado a su fin. Cuando a las 23:30 Madonna subió al escenario, ya empezaba lo que se daba. Luego de tantas idas y venidas, la Reina del Pop llegaba a Córdoba para cerrar su gira MDNA en el Estadio Kempes.
Primero echemos un vistazo por los preparativos de tan impactante show. Si nos permiten, haremos números para contar que la escenografía pesa más de 370 toneladas y la acompañan 700 piezas de vestuario. 22 bailarines son los que acompañan a la mujer que presentó su CD número 12, y lleva el mismo nombre de la gira. Gira que se presentó en 28 países y con 89 conciertos, terminando en Córdoba como regalo de navidad para los 45.000 fanáticos que la fueron a ver. Porque si este no es un regalo, no sabemos qué puede serlo. Imponencia en el show, en el sonido, en el mejor espectáculo que se pudo ver en La Docta,
Pero ¡vamos! Seguro quieren leer sobre el show y no tanto números. Así que haremos el intento de describir con palabras, lo que se vivió el sábado. En un show que coronó un año de grandes artistas que visitaron La Docta.
La mujer que parece no conocer de límites, ni musicales ni del tiempo, fue un huracán en Córdoba. En días donde tormentas fuertes azotaron la región, ella llegó para hacerlo más intensamente. Ella que ha sabido ser polémica y brillante a la vez, pero sobre todo profesional. Y eso lo mostró cuando se cortó la luz y la música en el escenario. Dato que ya lo sabrán todos, pero de igual manera volveremos con eso más tarde.
¡Oh my god! Se escucha cuando luego del canto gregoriano y las campanadas ella aparece. Y es lo que todos piensan, mientras ven la puesta cuando “Girl Gone Wild” mezcla religión y sensualidad. Y durante los 110 minutos de show, las imágenes que atacan, el sadomasoquismo que se impone, la defensa de la mujer en contra de la violencia de género, el mundo actual con sus miserias. El erotismo, los bailarines que se dejan jugar y juegan con ella, que se permiten placeres oscuros como en Love Spent. Y ella. Ella que en todo momento es ella y sin más. “La mujer del siglo XX” diría una de las fanáticas que andaba por ahí.
El grupo vasco Kalakan la acompaña y miles de miles que se dejaron llevar por temas como Revolver, Gang bang, Papa don't Preach, Hung up, I don't give a , Best friend , Express yourself , Give me all your luvin' , Turn up the radio.
Todos estos temas con una artista que da más de lo que puede. Baila y cuando no estaba ella, por el cambio de vestuario, estaba en la pantalla, con hits y momentos de su vida artística. Mostrando como desde lo poco es mucho. Como desde bien de abajo, llegó a lo más alto.


El antes y el después

Mientras terminaba segunda parte del show con Sagarra Jo llegó el corte de luz. De golpe se quedó el escenario sin nada. Nada de sonido y luces. Entonces fue más Madonna que nunca. Porque siguió cantando y bailando para los que estaban ahí cerca. A capela, cantó Holiday, un tema que remite a la fiesta, sola sin equipos. Allí la chica material, como le dicen fue más de carne y hueso que nunca. De riguroso negro y los bailarines que sonreían a más no poder para pasar el mal momento que duró unos cincuenta minutos. Entonces muchos –y por más que suene exagerado, lo vivían así- sintieron que el fin del mundo se había atrasado un día. Hasta ella dijo, megáfono de por medio que esto podía ser el fin del mundo.
Un ensordecedor murmullo de los miles que estaban, ganaba la noche, hasta que apareció una mujer del equipo y comentó que volvería. Y así fue. "Gracias por su paciencia, gracias por todo... han sido muy civilizados", fue el mensaje que renovó las esperanzas y que dejaba bien parado al público cordobés.
Vogue fue la vuelta. Sin las pantallas pero con la misma energía. Cuando se prendieron, la fiesta volvió a ser total. Candy shop, Human nature, con un striptease donde mostraba un tatuaje con la leyenda de “End” para que los que estaban deabjo de ella le pidieran que por favor no, que por favor siguiera, que ya habían tenido demasiado con lo que había pasado. I'm addicted, I'm a sinner, Like a prayer, Celebration fueron los últimos temas.
El final fue celebración pura. Eso no fue librado al azar como nada de este mega show. La gente de Córdoba tuvo su nochebuena anticipada…
Necesito dejar una opinión sobre el show. Fue algo que pasó. No es inventado. Al apagarse la luz, una de las fanáticas que estaba en la platea comenzó a llorar. Ya sin fuerzas se arrodilló y comenzó a rezar. Fue impactante. No sé si le rezaba a algún dios o a ella. Ella que fue ama y señora del Kempes. Ella que una vez dijo “No seré feliz hasta que sea tan famosa como Dios”, en Córdoba lo fue. Porque Mario Benedetti se preguntaba alguna vez si Dios fuera mujer… Yo me atrevería a decirle sería como Madonna o me encantaría que fuese ella. No existe otro calificativo.


Texto Juan José Coronell
Fotos Facundo Luque (La Voz del Interior)

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